domingo, 23 de junio de 2024

LA DECLAMACIÓN

  Traemos para la sección de Sesiones artísticas del blog de El mirador de Granada una nueva entrada que está centrada en el último taller dedicado a la declamación, en el cual vimos varios vídeos de actores varios interpretando poemas célebres de nuestra literatura, y que no nosotros hemos intitulado como La declamación. Lleva una breve introducción que sirve de pórtico a los poemas y sus vídeos, que pueden verse pinchando en el enlace que hay justo debajo de cada poema.



LA DECLAMACIÓN






CUANDO hablamos de recitar y declamar, ¿acaso estamos hablando de una suerte de variación singular del arte de la oratoria? Hablar con elocuencia, es la médula, el eje vertebrador de toda oratoria. Y decir el verso expresivamente es una arte complejo que incluso distingue entre el recitar y el declamar el verso. El que recite, dicen, que es una actividad mecánica que repite de memoria este o aquel poema. El que declama, hace énfasis en la expresión que viene a adecuarse a las emociones del poema, las cuales llegan a trasladarse a la entonación fluctuante, viva, de los versos y llega también a reflejarse en la gesticulación y la propia expresión del que declama, donde el verso y el que dice el verso se ofrecen como un organismo único e integrador, donde sus componendas vibran y suenan al unísono en una totalidad natural, armónica y sensible sin estridencias.

Todo esto es algo que, escuchado por quien saber decir el verso parece muy claro e incluso sencillo. Sin embargo, conseguir la fluidez del verso bien dicho conlleva unas exigencias que, si se observan con detenimiento, bien puede parecernos algo bastante más complejo. Esta complejidad deviene por lo que se ha denominado la elocutio, la elocución  que no es sino el conocimiento del habla formal en atención a su pronunciación, gramática, tono y estilo que compendia el diccionario de la RAE, como la manera de hablar para expresar los conceptos, y así también, Modo de elegir y distribuir los pensamientos y las palabras en el discurso".1 Todo esto requiere a su vez saber y entender de los rudimentos de los diferentes recursos estilísticos que devienen de la ciencia y el arte de la retórica y de la métrica.



POEMAS



1



Lo querían matar

los iguales

porque era distinto.

  

Si veis un pájaro distinto,

tiradlo;

si veis un monte distinto,

caedlo;

si veis un camino distinto,

cortadlo;

si veis una rosa distinta,

deshojadla;

si veis un río distinto,

cegadlo…

si veis un hombre distinto,

matadlo.

  

¿Y el sol y la luna

dando en lo distinto?

  

Altura, olor, largor, frescura, cantar, vivir

distinto

de lo distinto;

lo que seas, que eres

distinto

(monte, camino, rosa, río, pájaro, hombre):

si te descubren los iguales,

huye a mí,

ven a mi ser, mi frente, mi corazón distinto.


JRJ




Vídeo de la declamación del poema




2



Ir y quedarse, y con quedar partirse,

partir sin alma, y ir con alma ajena,

oír la dulce voz de una sirena

y no poder del árbol desasirse;


arder como la vela y consumirse,

haciendo torres sobre tierna arena;

caer de un cielo, y ser demonio en pena,

y de serlo jamás arrepentirse;


hablar entre las mudas soledades,

pedir prestada sobre fe paciencia,

y lo que es temporal llamar eterno;


creer sospechas y negar verdades,

es lo que llaman en el mundo ausencia,

fuego en el alma, y en la vida infierno.




Lope de Vega



Vídeo de la declamación del poema





3




La hoguera pone al campo de la tarde,

unas astas de ciervo enfurecido.

Todo el valle se tiende. Por sus lomos,

caracolea el vientecillo.


El aire cristaliza bajo el humo.

¿Ojo de gato triste y amarillo?.

Yo en mis ojos, paseo por las ramas.

Las ramas se pasean por el río.


Llegan mis cosas esenciales.

Son estribillos de estribillos.

Entre los juncos y la baja tarde,

¡qué raro que me llame Federico!



FGL




Vídeo de la declamación del poema




4




La muchacha dorada

se bañaba en el agua

y el agua se doraba.


Las algas y las ramas

en sombra la asombraban

y el ruiseñor cantaba

por la muchacha blanca.


Vino la noche clara,

turbia de plata mata,

con peladas montañas

bajo la brisa parda.


La muchacha mojada

era blanca en el agua,

y el agua, llamarada.


Vino el alba sin mancha,

con mil caras de vaca,

yerta y amortajada

con heladas guirnaldas.


La muchacha de lágrimas

se bañaba entre llamas,

y el ruiseñor lloraba

con las alas quemadas.


La muchacha dorada

era una blanca garza

y el agua la doraba.




FGL



Vídeo de la declamación del poema




5








Antonio Torres Heredia,

hijo y nieto de Camborios,

con una vara de mimbre

va a Sevilla a ver los toros.

Moreno de verde luna

anda despacio y garboso.

Sus empavonados bucles

le brillan entre los ojos.

A la mitad del camino

cortó limones redondos,

y los fue tirando al agua

hasta que la puso de oro.

Y a la mitad del camino,

bajo las ramas de un olmo,

guardia civil caminera

lo llevó codo con codo.


*


El día se va despacio,

la tarde colgada a un hombro,

dando una larga torera

sobre el mar y los arroyos.

Las aceitunas aguardan

la noche de Capricornio,

y una corta brisa, ecuestre,

salta los montes de plomo.

Antonio Torres Heredia,

hijo y nieto de Camborios,

viene sin vara de mimbre

entre los cinco tricornios.


Antonio, ¿quién eres tú?

Si te llamaras Camborio,

hubieras hecho una fuente

de sangre con cinco chorros.

Ni tú eres hijo de nadie,

ni legítimo Camborio.

¡Se acabaron los gitanos

que iban por el monte solos!

Están los viejos cuchillos

tiritando bajo el polvo.


A las nueve de la noche

lo llevan al calabozo,

mientras los guardias civiles

beben limonada todos.

Y a las nueve de la noche

le cierran el calabozo,

mientras el cielo reluce

como la grupa de un potro.



FGL


Vídeo de la declamación del poema




6





Llegó con tres heridas:

la del amor,

la de la muerte,

la de la vida.

Con tres heridas viene:

la de la vida,

la del amor,

la de la muerte.

Con tres heridas yo:

la de la vida,

la de la muerte,

la del amor.


Miguel Hernández



Vídeo de la declamación del poema




7




No he de callar por más que con el dedo,

ya tocando la boca o ya la frente,

silencio avises o amenaces miedo.

¿No ha de haber un espíritu valiente?

¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?

¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

Hoy, sin miedo que, libre, escandalice,

puede hablar el ingenio, asegurado

de que mayor poder le atemorice.

En otros siglos pudo ser pecado

severo estudio y la verdad desnuda,

y romper el silencio el bien hablado.

Pues sepa quien lo niega, y quien lo duda,

que es lengua la verdad de Dios severo,

y la lengua de Dios nunca fue muda.


Francisco de Quevedo


Vídeo de la declamación del poema




8




Cerrar podrá mis ojos la postrera

sombra que me llevare el blanco día,

y podrá desatar esta alma mía

hora a su afán ansioso lisonjera;

·

mas no, de esotra parte en la ribera,

dejará la memoria en donde ardía:

nadar sabe mi llama la agua fría

y perder el respeto a ley severa.

·

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,

venas que humor tanto fuego han dado,

medulas que han gloriosamente ardido,

·

su cuerpo dejarán, no su cuidado,

serán ceniza, más tendrá sentido,

polvo serán, más polvo enamorado.



Francisco de Quevedo



Vídeo de la declamación del poema




9




Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,

Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,

Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,

De mí murmuran y exclaman:

-Ahí va la loca soñando

Con la eterna primavera de la vida y de los campos,

Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,

Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.


-Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,

Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,

Con la eterna primavera de la vida que se apaga

Y la perenne frescura de los campos y las almas,

Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.


Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,

Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?



Rosalía de Castro



Vídeo de la declamación del poema







10





En Viena hay diez muchachas,

un hombro donde solloza la muerte

y un bosque de palomas disecadas.

Hay un fragmento de la mañana

en el museo de la escarcha.

Hay un salón con mil ventanas.

¡Ay, ay, ay, ay!

Toma este vals con la boca cerrada.


Este vals, este vals, este vals,

de sí, de muerte y de coñac

que moja su cola en el mar.


Te quiero, te quiero, te quiero,

con la butaca y el libro muerto,

por el melancólico pasillo,

en el oscuro desván del lirio,

en nuestra cama de la luna

y en la danza que sueña la tortuga.

¡Ay, ay, ay, ay!

Toma este vals de quebrada cintura.


En Viena hay cuatro espejos

donde juegan tu boca y los ecos.

Hay una muerte para piano

que pinta de azul a los muchachos.

Hay mendigos por los tejados.

Hay frescas guirnaldas de llanto.

¡Ay, ay, ay, ay!

Toma este vals que se muere en mis brazos.


Porque te quiero, te quiero, amor mío,

en el desván donde juegan los niños,

soñando viejas luces de Hungría

por los rumores de la tarde tibia,

viendo ovejas y lirios de nieve

por el silencio oscuro de tu frente.

¡Ay, ay, ay, ay!

Toma este vals del "Te quiero siempre".


En Viena bailaré contigo

con un disfraz que tenga

cabeza de río.

¡Mira qué orilla tengo de jacintos!

Dejaré mi boca entre tus piernas,

mi alma en fotografías y azucenas,

y en las ondas oscuras de tu andar

quiero, amor mío, amor mío, dejar,

violín y sepulcro, las cintas del vals.


FGL



Vídeo de la declamación del poema



11




Al brillar un relámpago nacemos,

y aún dura su fulgor cuando morimos;

¡tan corto es el vivir!


La Gloria y el Amor tras que corremos

sombras de un sueño son que perseguimos;

¡despertar es morir!


G.A. Bécquer




Vídeo de la declamación del poema





12




Desmayarse, atreverse, estar furioso,

áspero, tierno, liberal, esquivo,

alentado, mortal, difunto, vivo,

leal, traidor, cobarde y animoso;


no hallar fuera del bien centro y reposo,

mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,

enojado, valiente, fugitivo,

satisfecho, ofendido, receloso;


huir el rostro al claro desengaño,

beber veneno por licor süave,

olvidar el provecho, amar el daño;


creer que un cielo en un infierno cabe,

dar la vida y el alma a un desengaño;

esto es amor, quien lo probó lo sabe.


Lope de Vega



Vídeo de la declamación del poema





13





La Carmen está bailando

por las calles de Sevilla.

Tiene blancos los cabellos

y brillantes las pupilas.


¡Niñas,

corred las cortinas!


En su cabeza se enrosca

una serpiente amarilla,

y va soñando en el baile

con galanes de otros días.


¡Niñas,

corred las cortinas!


Las calles están desiertas

y en los fondos se adivinan,

corazones andaluces

buscando viejas espinas.


¡Niñas,

corred las cortinas!




FGL


Vídeo de la declamación del poema







viernes, 3 de mayo de 2024

EL ARTE DE LA ACUARELA, CON LAURA LINARES.

 Traemos un nuevo post para la Sección artística del blog del Taller Literario y artístico de El mirador de Granada, bajo el título de, El Arte de la acuarela, con motivo de la segunda visita de la acuarelista Laura Linares para mostrarnos los rudimentos para la iniciación de la técnica de la acuarela.



EL ARTE DE LA ACUARELA, 

CON LAURA LINARES






En el Taller Literario y artístico de El mirador de Granada, nos visitó nuevamente la acuarelista Laura Linares, quien nos dio unas nociones elementales sobre la difícil pero bella técnica de la acuarela. El acquerello, que se desarrolla sobre papel o cartulina con colores sobre el agua diluidos, es una manera de realización pictórica extraordinariamente genuina, donde el agua y los pigmentos, aglutinados con goma arábiga o miel ofrecen unos resultados verdaderamente exquisitos en su realización, buena muestra sería la propia obra de Laura Linares, que tuvimos ocasión de ver proyectada en los días que estuvo con nosotros. 

Su libro Retratos de fuego sobre el agua, que nos mostró amablemente en nuestro encuentro, ofrece en el procedimiento extremadamente difícil del retrato, una manifestación de su maestría en esta suerte de modo de expresión pictórica. Sus singulares transparencias vierten alternativas expresivas plásticas enormemente atractivas que se han prolongado desde la invención del papel en China en siglo II de

nuestra era, pasando por su pariente más cercano que es el fresco hubo de florecer con gran vigor en la escuela inglesa, llevado a su más extrema singularidad por Turner y eleva dicha técnica al grado artístico de pintura igualada a cualquiera otra técnica, cuyos paisajes a lo más excelso de la historia de la pintura. 

En esta entrada de nuestro blog, mostramos los ejercicios llevados a cabo en el último taller. Veréis en ellos (y os servirá de recordatorio para quienes estuvisteis la suerte de estar en el mismo) las maneras varias de ejecutar la técnica con los sorprendentes resultados que pudimos constatar in situ ese día. Nos gustaría que le echaseis un vistazo para recordar sus resultados y que os atreváis a llevar a término algún ensayo vuestro. De ser así, podríamos comentarlo en el próximo encuentro.


Os recuerdo los materiales para la iniciación n a la acuarela que nos recomendó Laura:
























-Caja de acuarelas (Vang Gogh, será la marca recomendada) de 24 pastillas.

-Bloc encolado por los cuatro lados (Arches, marca recomendada) en tamaño A4 en grano fino.

- Pinceles para acuarela planos nº 10 y 14, de mango corto (Van Gogh).

-Lápiz de mina dura nº2.

-Goma de borrar blanca.

-Sacapuntas.

-dos botes de cristal.

-Regla de 40 cms.

-Agua.



Estos son los ejercicios que se hicieron el día de su visita a nuestro taller, en ellos veréis las diferentes sutilezas en la realización de los colores y la utilización del agua y otros elementos en los mismos.









martes, 12 de marzo de 2024

LA AMISTAD EN LA LITERATURA Y LA POESÍA

 Para la sección del blog, Sesiones literarias, de El taller literario y artístico de El mirador de Granada, traemos un nuevo post para sea sometido a la consideración de los componentes del mismo. En este caso, la temática profunda y viva de la amistad será el eje que lo vertebre. Para ello, traemos un breve texto introductorio de reflexión y algunos poemas como muestra. Pueden serviros de referencia para que hagáis vuestras propias reflexiones o creaciones literarias.



LA AMISTAD EN LA LITERATURA Y LA POESÍA






 Quiero que sepan nuestros atentos lectores que expondremos una brevísima muestra del magnífico elenco de poemas dedicados a la amistad. A través de ellos obtendremos el fin, además del gusto deleitoso de sus preciosos versos, el de servirnos de guía para hablar de una temática universal que ha sido, es y será, una senda de esperanza y de lucha contra la soledad, a saber: el amigo. La amistad como vía de entendimiento si, sobre todo, la amistad, junto al amor, la verdad, la trascendencia y la belleza será uno de los pilares que fundamenten un sentido a nuestras vidas. No en vano la amistad es lo vital e imprescindible de aquella alteridad sublime que el amigo verdadero representa, si a su vez este inspira el sentimiento de solidaridad universal que, a todos, en el fondo, nos convoca.

    Si la Odisea cuenta aquello de que siempre hay un dios que lleva al semejante [sic] junto al semejante, cabe pues, entender la amistad como concepto imprescindible para la concorde coexistencia entre la palabra y el sentimiento humano que conforta y se transfigura, especialmente en el singular y afectivo poso de la memoria que, por fin, asienta el devenir del tiempo para el ser que constituye el fundamento de la verdad y sabiduría que informan al afecto de la amistad si, al fin, se constituye con firmeza en el corazón amigo.

 No hará falta incidir sobre mi claro convencimiento y fe de lo vital e imprescindible de aquella alteridad sublime que el amigo verdadero representa. Esta comunidad (despierta, que  Epicuro señalaría con tanto acierto), es la única que garantiza algún futuro (nada utópico, a mi juicio,) al linaje comprometido de hombres que aspiran, con esfuerzo, a porfiar pacíficamente en pos de este impulso, profundamente vivo y necesario para el proyecto (y realización) de aquella ecuménica integridad a la que aspira  inevitablemente la humanidad.










EJEMPLOS POÉTICOS









¿QUÉ TENGO YO, QUE MI AMISTAD PROCURAS?




¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras
pues no te abría! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el Ángel me decía:
«Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!


Lope de Vega




PALACIO, BUEN AMIGO



Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...
¿Tienen los viejos olmos
algunas hojas nuevas?
Aún las acacias estarán desnudas
y nevados los montes de las sierras.
¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,
allá, en el cielo de Aragón, tan bella!
¿Hay zarzas florecidas
entré las grises peñas,
y blancas margaritas
entre la fina hierba?
Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las cigüeñas.
Habrá trigales verdes,
y mulas pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardíos
con las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.
¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?
Furtivos cazadores, los reclamos
de la perdiz bajo las capas luengas,
no faltarán. Palacio, buen amigo,
¿tienen ya ruiseñores las riberas?

Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra…


Antonio Machado



CULTIVO UNA ROSA BLANCA



Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero,
para el amigo sincero,
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo
cultivo una rosa blanca.


José Martí




AMIGO, LLÉVATE LO QUE TÚ QUIERAS




Amigo, llévate lo que tú quieras,
penetra tu mirada en los rincones
y si así lo deseas, yo te doy mi alma entera
con sus blancas avenidas y sus canciones.
Amigo -con la tarde haz que se vaya
este inútil y viejo deseo de vencer-.
Bebe de mi cántaro si tienes sed.
Amigo -con la tarde haz que se vaya
este deseo mío de que todo el rosal
me pertenezca -,
Amigo si tienes hambre come de mi pan.
Todo, amigo, lo he hecho para ti.
Todo esto que sin mirar verás en mi estancia desnuda:
todo esto que se eleva por los muros derechos
-como mi corazón- siempre buscando altura.
Te sonríes amigo. ¡Qué importa!
Nadie sabe entregar en las manos
lo que se esconde adentro,
pero yo te doy mi alma, ánfora de mieles suaves,
y todo te lo doy.
Menos aquél recuerdo.
.Que en mi heredad vacía aquel amor perdido,
es una rosa blanca, que se abre en el silencio.



Pablo Neruda



FRANCA, CRISTALINA




Franca, cristalina,
alma sororal,
entre la neblina
de mi dolor y de mi mal!
Alma pura,
alma franca,
alma obscura
y tan blanca…
Sé conmigo
un amigo,
sé lo que debes ser,
lo que Dios te propuso,
la ternura y el huso,
con el grano de trigo
y la copa de vino,
y el arrullo sincero
y el trino,
a la hora y a tiempo.
¡A la hora del alba y de la tarde,
al despertar y del soñar y el beso!
Alma sororal y obscura,
con tus cantos de España,
que te juntas a mi vida
rara,
y a mi soñar difuso,
y a mi soberbia lira,
con tu rueca y tu huso,
ante mi bella mentira,
ante Verlaine y Hugo,
¡tú que vienes
de campos remotos y ocultos!



Rubén Darío








lunes, 18 de diciembre de 2023

LA NAVIDAD EN EL TALLER LITERARIO Y ARTÍSTICO DE EL MIRADOR DE GRANADA

 El sábado 16 de diciembre, tuvimos un taller literario y artístico muy especial. Lo incluimos en la sección de Sesiones literarias del blog Literario y artístico de El mirador de Granada. Anduvimos indagando las influencias navideñas en la literatura en lengua española y ofrecimos algún texto y algunos poemas que ahora reproducimos en este post. Antes  dimos algunos apuntes sobre el momento en el que se recoge tan señaladas fiestas y aludimos algún que otro aspecto simbólico de interés y que también ofrecemos en esta entrada singular. Que tengáis unas felices y sosegadas Fiestas.


LA NAVIDAD EN EL TALLER LITERARIO

 Y ARTÍSTICO DE EL MIRADOR DE GRANADA






NOCIONES SIMBÓLICAS ELEMENTALES DE LA NATIVITAS



La nativitas cristiana (nacimiento) o Navidad está colmada de una riquísima simbología que trasciende la de las propias figuras que componen el tradicional Belén donde se llega, por estas fechas, con ilusión y gracia a conformarse en su característica singularidad y cordialísimo esplendor. La navidad, en sus distintas vertientes celebrativas cristianas (católica, protestante, anglicana u ortodoxa) tienen todas en cualquier caso el motivo del nacimiento (de Cristo, se entiende).

Si bien ni el Antiguo ni el Nuevo Testamento existen registros de la fecha del Nacimiento de Cristo, la fecha cercana al solsticio 21 de diciembre -25-, puede que tenga mucho que significar en la elección de esta data, si desde la antigüedad tuvo grande importancia, y aunque la fecha del 25 de diciembre fue adaptada siglos después por la Iglesia con argumentos varios. Lo interesante desde el punto de vista simbólico es el que abre la fase ascendente del ciclo anual, si el del verano representa el descenso, y en la decoración arquitectónica grecolatina se exponía con el dios bifronte Jano en las puertas solsticiales.

En cualquier caso, el gozo que representa la fase luminosa de la puerta invernal que abre el ciclo de la luz ascendiendo, y que la estival representa la del oscurecimiento o decrecimiento de la luz, a mi juicio no es casual y que el nacimiento de Cristo se tuviese a bien situarlo en esa etapa cíclica de crecimiento de la luz, y de todas las numerosas relaciones de Cristo con el sol como fuente primordial de luz, y todo el complejo, nutrido y prolijo despliegue simbólico de esta.

Así, la luz propicia al despliegue de este momento soltsicial es símbolo del espíritu, de ahí que la iluminación se entienda desde una óptica psicológica como la adquisición de la conciencia de un centro de luz y por tanto de fuerza espiritual (Cirlot. J.E.). Sin entrar en las inevitables relaciones de la luz con las sombras, la luz simboliza el conocimiento que ilumina a través del espíritu. También esta natividad soltiscial simboliza la luz primordial que se identifica con el verbo (Juan 1,9) que viene a significar la radiación del sol espiritual que es el verdadero corazón del mundo.

Estas son solo unas muy breves aproximaciones al profundo significado simbólico que encierra el término de Navidad que, desde luego, ora está mucho más allá de las convenciones que con buena fe se han imbricado a las tradiciones de occidente, ora, fuera del ruido consumista que obnubila lo más granado de este momento soltiscial, ora, por el interés institucional secular o religioso de lo que en verdad la Navidad encierra. 

 Así lo demuestran las manifestaciones literarias, poéticas y artísticas de prácticamente todos los tiempos en occidente. Haremos un puntual, breve y aleatorio recorrido para tratar de imbuir a nuestros oyentes de esa sabiduría genuina y profunda que ha inspirado a tantos escritores, poetas y artistas.






ALGUNOS EJEMPLOS DE TEXTOS Y POEMAS DE INSPIRACIÓN NAVIDEÑA


BETHLEHEM sube por dos alcores de laderas plantadas. Tiene una claridad fresca, nítida, salina; una blancura de vallados, de cenáculos, de cisternas, de sepulcros y hornos. Sus viviendas se cuajan de sol como las celdillas de las mazorcas y de los panales.

El cielo de su lado recibe un vaho de cal de las rampas y casas. Parece que exhale una pulverización de molino harinero. Tierno, juvenil, luminoso, está desvalido en las torvas soledades de los montes de Judá.

Bethlehem se ha quedado solo en su alegría y su gracia aldeana. Le rodea una tierra huesuda y convulsa. Sobre sus terrados y vergeles, respira la boca amarga y llameante del desierto; pasa el aletazo caliente del siroco, el gâdim de la Biblia.

De las bóvedas de los muros, de los portales del «Karvan»-parador y corral de caravanas y ganados-, del júbilo del ejido y de los huertos, salen las sendas impetuosas y joviales, pero se van desollando y hundiendo, trocándose en torrentes areniscos, en «wadis» y ramblas; desaparecen en las quebradas y losas. Los montes se rasgan en una hoz; el silencio cría su ámbito; es como una destilación de tiempo inmóvil. Y las sendas de Bethlehem, aunque se rompan y se cieguen, no dejan su jornada: renacen más lejos, brincando desnudas. Semejan esperar al caminante; Y le miran y le sonríen convidándole a seguir. Tornan a su retozo, y se tuercen como si se volviesen para saber si el hombre se fía de su promesa. Su promesa será llevarle a una porción agrícola: la viña y las higueras que se agarran a una cuesta calcárea, recogida y tibia; los escalones de bancales de cebada y avena: con márgenes de pedernal para que el terrazgo no se derrumbe; un valle, tierno entre lo abrupto; una meseta labrada; un redil en el frescor del pasto; un cañaveral, unas palmas y un pozo que, al removerle la piedra que lo cubre, se queda resonando de onda en onda y abre su mirada trémula y azul...

Donde haya un rodal hospitalario para el cultivo, allí cavará obstinadamente el azadón israelita; la uña de la reja penetrará hasta que toque la roca; la besana se plegará en la ladera dejándole su esfuerzo y su paz.

De sus mismos enemigos recoge el israelita las enseñanzas de labrador. Mientras cuece ladrillos para los faraones en la tierra empapada de Gessén, aprende el cuidado primoroso de los huertos: trae a su casa los métodos rurales de Cannan; y las familias que queden del cautiverio de Babilonia y vuelvan al «país», proseguirán el trabajo mejorando la heredad abandonada. Porque Jehová es el Señor Dios que legisla todo lo de su pueblo escogido, desde la santidad del rito a la salud de su criatura y el producto de su labranza. Es el dueño de la tierra suya sobre todas las que ha criado; ama sus frutos; quiere la primicia de la cosecha. Por eso las fiestas de su altar vienen aparejadas con la plenitud de los bancales, en los días que huelen a madurez, a trojos en colmo, el olor suave y honrado que llega a Isaac cuando bendice a Jacob: «He aquí el olor de mi hijo como el olor de un campo lleno al que ha ben· decido el Señor.»

En la «Schema» o «escucha» de la plegaria matinal, el judío invoca a Jehová como Dios agrícola que «cuenta las nubes y cuelga las urnas de las aguas», que «tiene El solo la llave de las lluvias y no las cede ni a los ángeles», «que extiende el cielo como una piel; riega los montes; sacia la tierra de sus obras; da al hombre el pan que le alimenta, el vino que corrobora su corazón, el aceite que hace relucir su rostro y el heno que pasturan las bestias»...

«Casa de pan», lugar de abundancia, era Bethlehem.

Se apeldañan los huertos, de un cultivo denso y primoroso, como paños bordados en realce.

En su bordal de tierra junta el bethlemita toda la variedad de legumbres y frutales. Cría planteles de cebollas, fríjoles, berzas, endibias, lechugas, chalotes, badeas, escalonas, guisantes, habas y cohombros. Brotan en lo umbrío los hongos y el jenable. Las sandías se revuelcan en suelos apacibles. Por los ribazos y bardas, se cuelgan las calabaceras, las de la cidracayote y las de calabazón angosto y encarnado que resue· na como un odre. Crecen los membrillos espalderos, los granadas, los bergamotas, los almendros. Las vides tejen con la higuera el toldo que acoge las amistades. Las márgenes y linderos se ahogan bajo la convulsión de las hordas de los chumbos. Se recortan las grises espadas de las pitas, de liseras carnosas. Suben al azul los girasoles doblando sus panes redondos de flor dorada. Cada hortal tiene su torre de piedra cruda para el guarda, y una horca de leños que, al combarlos, sumergen la herrada en el agua dormida y somera del pozo, y vierten el riego atirantándose con un zumbido de arco.

Después de los vergeles, las tierras llevan olivar, viña, mijo, centeno, cebadales.. _, y en los campos segados y en la hierba de la senara, tocan las esquilas de los corderos de Bethlehem.


Gabriel Miró

Fragmento de Figuras de Bethlehem









El hermano Longinos de Santa María era la perla del convento. Perla es decir poco, para el caso; era un estuche, una riqueza, un algo incomparable e inencontrable: lo mismo ayudaba al docto fray Benito en sus copias, distinguiéndose en ornar de mayúsculas los manuscritos, como en la cocina hacía exhalar suaves olores a la fritanga permitida después del tiempo de ayuno; así servía de sacristán, como cultivaba las legumbres del huerto; y en maitines o vísperas, su hermosa voz de sochantre resonaba armoniosamente bajo la techumbre de la capilla. Mas su mayor mérito consistía en su maravilloso don musical; en sus manos, en sus ilustres manos de organista. Ninguno entre toda la comunidad conocía como él aquel sonoro instrumento del cual hacía brotar las notas como bandadas de aves melodiosas; ninguno como él acompañaba, como poseído por un celestial espíritu, las prosas y los himnos, y las voces sagradas del canto llano. Su eminencia el cardenal -que había visitado el convento en un día inolvidable- había bendecido al hermano, primero, abrazádole enseguida, y por último díchole una elogiosa frase latina, después de oírle tocar. Todo lo que en el hermano Longinos resaltaba, estaba iluminado por la más amable sencillez y la más inocente alegría. Cuando estaba en alguna labor, tenía siempre un himno en los labios, como sus hermanos los pajaritos de Dios. Y cuando volvía, con su alforja llena de limosnas, taloneando a la borrica, sudoroso bajo el sol, en su cara se veía un tan dulce resplandor de jovialidad, que los campesinos salían a las puertas de sus casas, saludándole, llamándole hacia ellos: “¡Eh!, venid acá, hermano Longinos, y tomaréis un buen vaso…”. Su cara la podéis ver en una tabla que se conserva en la abadía; bajo una frente noble dos ojos humildes y oscuros, la nariz un tantico levantada, en una ingenua expresión de picardía infantil, y en la boca entreabierta, la más bondadosa de las sonrisas.

Avino, pues, que un día de Navidad, Longinos fuese a la próxima aldea…; pero ¿no os he dicho nada del convento? El cual estaba situado cerca de una aldea de labradores, no muy distante de una vasta floresta, en donde, antes de la fundación del monasterio, había cenáculos de hechiceros, reuniones de hadas, y de silfos, y otras tantas cosas que favorece el poder del Bajísimo, de quien Dios nos guarde. Los vientos del cielo llevaban desde el santo edificio monacal, en la quietud de las noches o en los serenos crepúsculos, ecos misteriosos, grandes temblores sonoros…, era el órgano de Longinos que, acompañando la voz de sus hermanos en Cristo, lanzaba sus clamores benditos. Fue, pues, en un día de Navidad, y en la aldea, cuando el buen hermano se dio una palmada en la frente y exclamó, lleno de susto, impulsando a su caballería paciente y filosófica:

–¡Desgraciado de mí! ¡Si mereceré triplicar los cilicios y ponerme por toda la vida a pan y agua! ¡Cómo estarán aguardándome en el monasterio!

Era ya entrada la noche, y el religioso, después de santiguarse, se encaminó por la vía de su convento. Las sombras invadieron la Tierra. No se veía ya el villorrio; y la montaña, negra en medio de la noche, se veía semejante a una titánica fortaleza en que habitasen gigantes y demonios.

Y fue el caso que Longinos, anda que te anda, pater y ave tras pater y ave, advirtió con sorpresa que la senda que seguía la pollina no era la misma de siempre. Con lágrimas en los ojos alzó estos al cielo, pidiéndole misericordia al Todopoderoso, cuando percibió en la oscuridad del firmamento una hermosa estrella, una hermosa estrella de color de oro, que caminaba junto con él, enviando a la tierra un delicado chorro de luz que servía de guía y de antorcha. Diole gracias al Señor por aquella maravilla, y a poco trecho, como en otro tiempo la del profeta Balaam, su cabalgadura se resistió a seguir adelante, y le dijo con clara voz de hombre mortal: ‘Considérate feliz, hermano Longinos, pues por tus virtudes has sido señalado para un premio portentoso.’ No bien había acabado de oír esto, cuando sintió un ruido, y una oleada de exquisitos aromas. Y vio venir por el mismo camino que él seguía, y guiados por la estrella que él acababa de admirar, a tres señores espléndidamente ataviados. Todos tres tenían porte e insignias reales. El delantero era rubio como el ángel Azrael; su cabellera larga se esparcía sobre sus hombros, bajo una mitra de oro constelada de piedras preciosas; su barba entretejida con perlas e hilos de oro resplandecía sobre su pecho; iba cubierto con un manto en donde estaban bordados, de riquísima manera, aves peregrinas y signos del zodiaco. Era el rey Gaspar, caballero en un bello caballo blanco. El otro, de cabellera negra, ojos también negros y profundamente brillantes, rostro semejante a los que se ven en los bajos relieves asirios, ceñía su frente con una magnífica diadema, vestía vestidos de incalculable precio, era un tanto viejo, y hubiérase dicho de él, con sólo mirarle, ser el monarca de un país misterioso y opulento, del centro de la tierra de Asia. Era el rey Baltasar y llevaba un collar de gemas cabalístico que terminaba en un sol de fuegos de diamantes. Iba sobre un camello caparazonado y adornado al modo de Oriente. El tercero era de rostro negro y miraba con singular aire de majestad; formábanle un resplandor los rubíes y esmeraldas de su turbante. Como el más soberbio príncipe de un cuento, iba en una labrada silla de marfil y oro sobre un elefante. Era el rey Melchor. Pasaron sus majestades y tras el elefante del rey Melchor, con un no usado trotecito, la borrica del hermano Longinos, quien, lleno de mística complacencia, desgranaba las cuentas de su largo rosario.

Y sucedió que –tal como en los días del cruel Herodes– los tres coronados magos, guiados por la estrella divina, llegaron a un pesebre, en donde, como lo pintan los pintores, estaba la reina María, el santo señor José y el Dios recién nacido. Y cerca, la mula y el buey, que entibian con el calor sano de su aliento el aire frío de la noche. Baltasar, postrado, descorrió junto al niño un saco de perlas y de piedras preciosas y de polvo de oro; Gaspar en jarras doradas ofreció los más raros ungüentos; Melchor hizo su ofrenda de incienso, de marfiles y de diamantes…

Entonces, desde el fondo de su corazón, Longinos, el buen hermano Longinos, dijo al niño que sonreía:
–Señor, yo soy un pobre siervo tuyo que en su convento te sirve como puede. ¿Qué te voy a ofrecer yo, triste de mí? ¿Qué riquezas tengo, qué perfumes, qué perlas y qué diamantes? Toma, señor, mis lágrimas y mis oraciones, que es todo lo que puedo ofrendarte.

Y he aquí que los reyes de Oriente vieron brotar de los labios de Longinos las rosas de sus oraciones, cuyo olor superaba a todos los ungüentos y resinas; y caer de sus ojos copiosísimas lágrimas que se convertían en los más radiosos diamantes por obra de la superior magia del amor y de la fe; todo esto en tanto que se oía el eco de un coro de pastores en la tierra y la melodía de un coro de ángeles sobre el techo del pesebre.
Entre tanto, en el convento había la mayor desolación. Era llegada la hora del oficio. La nave de la capilla estaba iluminada por las llamas de los cirios. El abad estaba en su sitial, afligido, con su capa de ceremonia. Los frailes, la comunidad entera, se miraban con sorprendida tristeza. ¿Qué desgracia habrá acontecido al buen hermano?

¿Por qué no ha vuelto de la aldea? Y es ya la hora del oficio, y todos están en su puesto, menos quien es gloria de su monasterio, el sencillo y sublime organista… ¿Quién se atreve a ocupar su lugar? Nadie. Ninguno sabe los secretos del teclado, ninguno tiene el don armonioso de Longinos. Y como ordena el prior que se proceda a la ceremonia, sin música, todos empiezan el canto dirigiéndose a Dios llenos de una vaga tristeza… De repente, en los momentos del himno, en que el órgano debía resonar… resonó, resonó como nunca; sus bajos eran sagrados truenos; sus trompetas, excelsas voces; sus tubos todos estaban como animados por una vida incomprensible y celestial. Los monjes cantaron, cantaron, llenos del fuego del milagro; y aquella Noche Buena, los campesinos oyeron que el viento llevaba desconocidas armonías del órgano conventual, de aquel órgano que parecía tocado por manos angélicas como las delicadas y puras de la gloriosa Cecilia…

El hermano Longinos de Santa María entregó su alma a Dios poco tiempo después; murió en olor de santidad. Su cuerpo se conserva aún incorrupto, enterrado bajo el coro de la capilla, en una tumba especial labrada en mármol.



Rubén Darío

Cuento de Noche Buena


POEMAS







ROMANCE DEL NACIMIENTO



Ya que era llegado el tiempo

en que de nacer había,

así como desposado

de su tálamo salía,

abrazado con su esposa,

que en sus brazos la traía,

al cual la graciosa Madre

en su pesebre ponía,

entre unos animales

que a la sazón allí había,

los hombres decían cantares,

los ángeles melodía,

festejando el desposorio

que entre tales dos había,

pero Dios en el pesebre

allí lloraba y gemía,

que eran joyas que la esposa

al desposorio traía,

y la Madre estaba en pasmo

de que tal trueque veía:

el llanto del hombre en Dios,

y en el hombre la alegría,

lo cual del uno y del otro

tan ajeno ser solía. 



San Juan de la Cruz


PARA NAVIDAD


Pues el amor

nos ha dado Dios,

ya no hay que temer,

muramos los dos.


Danos el Padre

a su único Hijo:

hoy viene al mundo

en pobre cortijo.

¡Oh gran regocijo,

que ya el hombre es Dios!

no hay que temer,

muramos los dos.


 Mira, Llorente

qué fuerte amorío,

viene el inocente

a padecer frío;

deja un señorío

en fin, como Dios,

ya no hay que temer,

muramos los dos.


 Pues ¿cómo, Pascual,

hizo esa franqueza,

que toma un sayal

dejando riqueza?

Mas quiere pobreza,

sigámosle nos;

pues ya viene hombre,

muramos los dos.


 Pues ¿qué le darán

por esta grandeza?

 Grandes azotes

con mucha crudeza.

 Oh, qué gran tristeza

será para nos:

si esto es verdad

muramos los dos.


 Pues ¿cómo se atreven

siendo Omnipotente?

¿Ha de ser muerto

de una mala gente?

 Pues si eso es, Llorente,

hurtémosle nos.

 ¿No ves que Él lo quiere?

muramos los dos.



Santa Teresa de Jesús



ZAGALEJO DE PERLAS


Zagalejo de perlas,
hijo del Alba,
¿dónde vais que hace frío
tan de mañana?.
Como sois lucero
del alma mía,
al traer el día
nacéis primero;
pastor y cordero
sin choza y lana,
¿dónde vais que hace frío
tan de mañana?
Perlas en los ojos,
risa en la boca,
las almas provoca
a placer y enojos;
cabellitos rojos,
boca de grana,
¿dónde vais que hace frío
tan de mañana?
Que tenéis que hacer,
pastorcito santo,
madrugando tanto
lo dais a entender;
aunque vais a ver
disfrazado el alma,
¿dónde vais que hace frío
tan de mañana.



Lope de Vega



POEMA DE REYES


-Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso.
Vengo a decir: La vida es pura y bella.
Existe Dios. El amor es inmenso.
¡Todo lo sé por la divina Estrella!

-Yo soy Melchor. Mi mirra aroma todo.
Existe Dios. Él es la luz del día.
La blanca flor tiene sus pies en lodo.
¡Y en el placer hay la melancolía!

-Soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro
que existe Dios. Él es el grande y fuerte.
Todo lo sé por el lucero puro
que brilla en la diadema de la Muerte.

-Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos.
Triunfa el amor y a su fiesta os convida.
¡Cristo resurge, hace la luz del caos
y tiene la corona de la Vida!

Rubén Dario




JESÚS EL DULCE VIENE


Jesús, el dulce, viene…

Las noches huelen a romero…

¡Oh, qué pureza tiene

la luna en el sendero!

Palacios, catedrales,

tienden la luz de sus cristales

insomnes en la sombra dura y fría…

Mas la celeste melodía

suena fuera…

Celeste primavera

que la nieve, al pasar, blanda, deshace,

y deja atrás eterna calma…

¡Señor del cielo, nace

esta vez en mi alma!



Juan Ramón Jiménez



ALGUIEN TE PREGUNTA


Alguien te pregunta
-lo estoy escuchando-:
¿Qué Navidad amas?

Aves grandes vuelan
con picos oscuros,
con alas nevadas.

Navidad querida
junto a la ribera
de mi mar de Málaga.

Niño, sol y conchas.
Y un girar de espumas
en la arena plácida.

La verdad vivía.
Nadie diga nunca:
la verdad se engaña.

La niñez sabía
con sabiduría
de cabeza blanca.

¡Oh, montañas puras
de corcho! y ¡oh, estrellas
de papel de plata!

La mano del niño
sapiente, un instante
del vidrio hacía agua.

Y mágicamente
descorría nubes
de algodón en rama.

Mano gigantesca
que en el “Nacimiento”
sin temblar tocaba,

transformaba, hacía,
construía; un día
fuerte derribaba.

El niño salía
después a la mar.
Desnudo, rodaba.


Vicente Aleixandre



PUES ANDÁIS LAS PALMAS



Pues andáis en las palmas,
Ángeles santos,
Que se duerme mi Niño,
Tened los ramos,
Palmas de Belén
Que mueven, airados,
Los furiosos vientos
Que suenan tanto,
No le hagáis ruido,
Corred más paso;
Que se duerme mi Niño,
Tened los ramos,
El Niño divino,
Que está cansado
De llorar en la tierra
Por su descanso,
Sosegar quiere un poco
Del tierno llanto;
Que se duerme mi Niño,
Tened los ramos,
Rigurosos hielos
Le están cercando;
Ya veis que no tengo
Con qué guardarlo;
Ángeles divinos,
Que vais volando,
Que se duerme mi Niño,
Tened los ramos.


Claudio Rodríguez





EXPECTACIÓN DE MARÍA
ANTES DEL NACIMIENTO




Quedóse quieta.
Ya nanas por las sienes,
linos entre las manos,
¡qué no levante el cierzo!
El hálito azorado, al no saber
unción de tanta dicha:
¿Cómo se mira a Dios sobre el regazo?



Rosaura Álvarez




ÁNGEL DE LA PAZ



ARDE el arrabal.
Niños de la guerra
vienen a llevar
a un ángel herido
agua, leche y pan.

   Ángel de bondad
sus alas extiende
de amor fraternal
y a los niños toma
dulce aletear.

   Sangre de cristal
por la herida mana
que los niños van
secando al muy triste
ángel de la paz.

   Arde el arrabal.
Niños de la guerra
van, vienen y van
al ángel herido
a llevar un poco
de agua, leche y pan.






Francisco Acuyo










miércoles, 6 de diciembre de 2023

LA ARTISTA LAURA LINARES EN EL TALLER LITERARIO Y ARTÍSTICO DE EL MIRADOR DE GRANADA

Ofrecemos un nuevo post para la sección Autores y artistas de El mirador, del blog de El taller literario y artístico de El mirador de Granada, en esta ocasión con la artista Laura Linares, extraordinaria acuarelista y humanísima persona, que nos deleitó con su presencia y sabiduría creativa el sábado día 2 de diciembre del presente año.




LA ARTISTA LAURA LINARES 

EN EL TALLER LITERARIO Y ARTÍSTICO DE

 EL MIRADOR DE GRANADA








Este sábado 2 de diciembre nos acompañó Laura linares en el Taller Literario y Artístico de El mirador de Granada. Laura Linares, artista plástica singular, malagueña de nacimiento y ya granadina de adopción, que nos habló de las excelencias terapéuticas de las artes plásticas en primera persona, comentando cómo el ejercicio creativo a través de sus pinturas era y es un puntal fundamental para su equilibrio físico y psíquico.  Departió con todos los presentes sus ricos conocimientos sobre diferentes técnicas plásticas aplicadas a la pintura, centrándose en la que, según nos comentaba, se encontraba más a su gusto: la acuarela.

    Diestra en la difícil técnica de la acuarela, nos ofreció una muestra amplia de su trabajo, donde la figura y el retrato iban a tener una especial relevancia. Pudimos constatar cómo el complicado arte del retrato es aún más difícil en el ámbito de la técnica acuarelista. Explicó obra suya expuesta en diferentes exposiciones y en la publicación de la preciosa edición titulada Retratos de fuego sobre el agua, editada por Entorno Gráfico Ediciones, con poemas de Francisco Acuyo, y que tuvo lugar con motivo del primer centenario del Concurso de Canto Jondo, y que con este motivo se hizo la espléndida exposición de su obra en el Carmen de La Fundación Agua Granada, en el Albaicín.

    Nos ilustró sobre su pintura de manera singular, hablando de relato en el conjunto de cada exposición, individual o colectiva, que hasta la fecha había tenido lugar en sitios, entre los más recientes el ya enunciado de Fundación de Aguas Granada o la de El centro artístico de Granada, relato o narración decía, porque para Laura cada obra contenía una historia que, al final, se vería plasmada en cada cuadro, pintura por tanto de contenidos profundos y enriquecedores  para cualquier alma sensible, Ofrecemos aquí una pequeña muestra. También algún enlace dónde podremos ver y  oír a nuestra querida y muy admirada artista.




























LA DECLAMACIÓN

  Traemos para la sección de Sesiones artísticas del blog de El mirador de Granada una nueva entrada que está centrada en el último tall...